Artículo de Opinión - Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Artículo de Opinión - Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

6 Min.
Ligera
Por María López, CEO de Bitbrain
10 de febrero, 2021

Maria Lopez CEO & Co-founder of Bitbrain

Soy María López, socia fundadora y CEO de Bitbrain. Soy licenciada en Matemáticas, tengo un doctorado en Ingeniería Informática y un MBA. Dado que mi empresa es una spin-off universitaria con muchísima I+D y trabajamos en una deep-tech como es la neurotecnología, suelen invitarme a dar mi visión sobre el papel de la mujer en ciencia y tecnología. 

Tengo que decir que como mujer tecnóloga, es un tema que me toca de cerca. Como madre de una niña de 8 años, es un tema que me frustra tremendamente. Como ser humano, es un tema que me preocupa mucho. Como experta en neurociencias, es un tema que me gusta analizar.

Déjame que te hable desde cada una de estas visiones:

Como mujer en el ámbito científico-tecnológico

Como mujer en el ámbito científico-tecnológico muy pocas veces me he sentido discriminada. Quizá he tenido suerte, quizá la mentalidad abierta de la gente que trabaja en el sector de innovación permite una mayor aceptación de la diversidad que la que hay en otros sectores más tradicionales, o quizá simplemente yo no he querido verlo. En cualquier caso, tengo que decir que soy tremendamente feliz en mi trabajo y que me siento muy valorada tanto por mis colegas hombres como mujeres. 

Lo que sin embargo es indiscutible es el limitado número de mujeres que hay en carreras STEM. Cada vez que en Bitbrain queremos contratar un perfil científico-técnico, nos encontramos con una proporción extremadamente desigual de hombres vs mujeres. Y el motivo no es que nuestra empresa en particular no atraiga a mujeres (es más, me siento muy orgullosa porque estamos muy por encima del porcentaje medio de mujeres en plantilla que se da en las empresas tecnológicas), sino que lo vemos en las gráficas que año tras año salen publicadas en diversas fuentes.

Y no sólo no avanzamos, sino que incluso retrocedemos: parece que cada vez hay menos mujeres que estudian carreras científico-técnicas y que cada vez hay menos niñas que se interesan por ellas. Esta disparidad de género es alarmante, especialmente porque a menudo se hace referencia a las carreras STEM como los trabajos del futuro, que impulsan la innovación, el bienestar social, el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible. 

International Day Women and Girls in Science 2019Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia 2019 - Trabajadoras de Bitbrain 

Como madre de una niña de 8 años

Como madre de una niña de 8 años, intento educar en la igualdad. Quiero que mi hija, Paula, decida libremente a qué se quiere dedicar cuando sea mayor. Paula tanto juega con muñecas, como diseña un juguete en 3D y lo manda a imprimir, como programa un videojuego, o se sube a un árbol. 

Tengo que decir que me he sentido más frustrada como madre que como profesional. Si como profesional no me he sentido discriminada, como madre sí me ha llegado al alma las lágrimas de mi hija al contarme que se habían burlado de ella por diseñar y programar un pequeño robot de juguete. Y por mucho que intente que Paula trate de estar por encima de ese tipo de comentarios, es una niña y obviamente le afectan. Y me aterra que acabe rechazando su interés por la ciencia y la tecnología simplemente para encajar mejor en lo que la sociedad parece que espera de las niñas.

Como ser humano

Como ser humano, veo cómo el mundo está cambiando a pasos agigantados. Me preocupa que estemos viviendo una revolución tecnológica que puede suponer una mejora en nuestra calidad de vida inimaginable y que no dispongamos de suficientes perfiles STEM para avanzar hacia ello. No podemos aceptar que la mitad de la población, la población femenina, no pueda o no esté interesada en trabajar en STEM. Renunciar a las mujeres en ese campo es un desperdicio y un riesgo demasiado grande. Renunciar a la mitad de la población supone renunciar a la mitad de los mejores cerebros del mundo.

También me preocupan los dilemas éticos sin precedentes, a los que sin duda nos vamos a enfrentar en los siguientes años debido a la revolución tecnológica. Es necesario tener una diversidad de perfiles que entiendan el alcance de las distintas deep-tech para que las decisiones que se tomen, decisiones que van a afectar sin duda al futuro de la humanidad, sean lo más justas posible. Sin mujeres presentes en el ámbito científico y tecnológico, tenemos una ciencia y una tecnología sesgadas a la perspectiva masculina, perjudicando no únicamente a las mujeres si no a toda la sociedad.

Como experta en neurociencias

Como experta en neurociencias, me gusta analizar el papel de la mujer en la ciencia y la tecnología teniendo en cuenta los sesgos no conscientes que influyen en nuestra forma de actuar. Aunque estoy convencida que un altísimo porcentaje de las sociedades más desarrolladas defienden la igualdad de género, de forma inconsciente todos tenemos sesgos de género que nos afectan. Yo sin ir más lejos, veo normal que mi hijo desarrolle ciertas habilidades tecnológicas y me sorprende en el caso de mi hija. ¿Por qué? Simplemente porque la sociedad en general está sesgada. Si te pido que cierres los ojos y te imagines a una persona reparando un ordenador, lo más probable es que la imagen que te venga a la cabeza sea de un hombre. 

Estos sesgos no conscientes los vamos transmitiendo sin darnos cuenta a nuestras niñas, de forma que, cuando van creciendo es muy probable que descarten carreras científico-técnicas. En este estudio publicado en la revista Science muestra cómo los estereotipos asociados a un nivel intelectual alto (brillantez, genialidad), están más asociados a hombres, desalentando a las mujeres a estudiar cierto tipo de carreras. Esta influencia ya se ve presente en niñas de 6 años, que consideran tener menos probabilidades de ser “realmente brillantes” que sus compañeros varones, teniendo un efecto inmediato en sus intereses profesionales.

Una chica llevando el Versatile EEG de Bitbrain

Pero es que además, al descartar ese tipo de carreras, dejan de entrenar muchas de las capacidades asociadas con la ciencia y la tecnología, llegando incluso a cambiar su fisiología cerebral (una de las maravillas de nuestro cerebro es que es plástico, es decir, la capacidad que no usas la pierdes pero, esa parte del cerebro, empiezas a usarla para otras capacidades que son más útiles para ti). 

Con todo, esas mujeres confirman su creencia de que de verdad no servían para la ciencia y tecnología, sus conocidos lo confirman también e incluso se hacen estudios científicos demostrando que el cerebro de la mujer está menos preparado que el del hombre para la ciencia y la tecnología. Al final, es como el pez que se muerde la cola: los sesgos generan cambios en el cerebro que refuerzan los sesgos.

En mi caso, sé que estoy sesgada y lo acepto. Los sesgos forman parte de nuestra vida y tienen su razón de ser. Pero ser consciente de que estas sesgado te hace estar mucho más alerta. De esta forma, cuando aparece un sesgo no consciente eres capaz de contrarrestarlo. Me seguirá sorprendiendo que a Paula le guste programar videojuegos, pero puedo controlarlo y apoyarla. Y en el momento que una generación empiece a controlar sus sesgos, el sesgo empezará a desaparecer en la siguiente. 

Así que si queremos dar un futuro mejor a nuestras niñas a la vez que construimos una sociedad más justa y mejor preparada para la revolución tecnológica, empieza por tí mismo: estate alerta a tus sesgos para controlarlos lo máximo posible, refuerza la seguridad en sí mismas de las niñas en materias de ciencia y tecnología, normaliza el papel de la mujer en esos ámbitos y enorgullécete de esa actitud, compartiendo tus sesgos y cómo eres capaz de combatirlos con las personas de tu entorno. Haciéndolo estarás inspirando a los demás. 

Además de trabajar a nivel individual, hay puntos que también podemos trabajar a nivel colectivo. En esta línea me gustaría enfatizar la importancia de los referentes femeninos. Que una niña vea que hay mujeres que reciben reconocimientos por el valor de su trabajo, no solo en el campo de la ciencia y la tecnología, sino también en el artístico, literario, filosófico o deportivo, deja una imprenta en nuestras pequeñas. Esa imprenta ayudará a que se despierten inquietudes ligadas al entorno y contexto laboral donde se mueven mujeres relevantes. Si queremos que las estadísticas cambien más rápidamente, necesitamos visibilizar mucho más a estas mujeres y el valor de su trabajo.

Sobre la autora

María López, PhD - CEO and Co-founder of Bitbrain

La Dra. María López es socia fundadora y CEO de Bitbrain, empresa de neurociencia aplicada y neurotecnología, líder en el desarrollo de los más avanzados equipos de monitorización cerebral e interfaces cerebro-computador para la investigación científica, la salud o el neuromarketing. 

Incluida en el 5º puesto del ranking de los "100 Economic Leaders for Tomorrow" del Instituto Choiseul en España, su visión estratégica e innovadora la ha hecho merecedora de más de 20 premios nacionales e internacionales, como el premio Anita Börg de Google o el premio Iberoamericano a la Innovación por la Secretaría General Iberoamericana. 

María López es ponente habitual en foros relacionados con la investigación, la innovación, las nuevas tecnologías y el emprendimiento. Colabora como investigadora y docente en Universidades, Escuelas de Negocio y aceleradoras de toda Europa como el Imperial College London, la Universidad de Bremen, el IE Business School o el Founder Institute.   

María combina su conocimiento en neurociencias con su visión estratégica para asesorar a los grandes clientes internacionales de Bitbrain como por ejemplo L'Oreal, Johnson&Johnson, Disney, Seat, Nissan, Hero, Grupo Sonae o Telefónica.

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